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Gracias mi Señor, quien debia estar en la cruz era yo, pero tu amor por mi es tan grande, que preferiste estar tu para salvarme. Te amo Jesús porque sanaste mi alma y hoy soy una nueva criatura en ti. Tengo años de haberte conocido, te conozco, nunca vivire sin ti. GRACIAS POR LLENAR EL VACIO DE MI ALMA Y POR DARLE SENTIDO A MI VIDA. TE AMO JESUS!!!!!!

martes, 27 de octubre de 2020

Revelación De La Provisión De Dios: "La Viuda De Sarepta Y Elias"

 Revelación De La Provisión De Dios: "La Viuda De Sarepta Y Elias"

Este mensaje de la viuda de sarepta tiene un propósito y es que nuestra fe como cristianos se fortalezca, y además entendamos lo que es la honra a los hijos de Dios, que al abandonar la casa de Dios después de un servicio, o al leer la palabra de Dios, Usted pueda ser bendecido por su fe y por la honra que le de a un profeta de Dios.

(1 Reyes 17:8-9)” Luego llegó a Elías una palabra de Jehová, que decía: Levántate, vete a Sarepta de Sidón y vive allí; ahí le he dado orden a una mujer viuda que te sustente. Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Cuando llegó a la puerta de la ciudad, había allí una mujer viuda que estaba recogiendo leña.”



¿Quién fue Elías?

Un profeta de Dios. Un varón quien retó a toda una nación de baales, manifestando su gran fe en Jehová, después de haber vencido a los profetas de baal, y estuvo en una cueva temeroso por las amenazas de Jezabel, y Dios tuvo que tratar con él.


Sarepta de Sidón.

Esta era una nación pagana, corrupta e idólatra, y Dios, permitió que no lloviera durante tres años y medio. Elías por orden de Jehová se fue a vivir al arroyo de Querit, y a causa de la sequía, este arroyo se secó y Dios le llevó a otro lugar.

1 Reyes 17:8-24/Reina-Valera 1960

8 Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo:

9 Levántate, vete a Sarepta de Sidón, y mora allí; he aquí yo he dado orden allí a una mujer viuda que te sustente.

10 Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña; y él la llamó, y le dijo: Te ruego que me traigas un poco de agua en un vaso, para que beba.

11 Y yendo ella para traérsela, él la volvió a llamar, y le dijo: Te ruego que me traigas también un bocado de pan en tu mano.

12 Y ella respondió: Vive Jehová tu Dios, que no tengo pan cocido; solamente un puñado de harina tengo en la tinaja, y un poco de aceite en una vasija; y ahora recogía dos leños, para entrar y prepararlo para mí y para mi hijo, para que lo comamos, y nos dejemos morir.

13 Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mí primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo.

14 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho así: La harina de la tinaja no escaseará, ni el aceite de la vasija disminuirá, hasta el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la tierra.

15 Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días.

16 Y la harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías.

17 Después de estas cosas aconteció que cayó enfermo el hijo del ama de la casa; y la enfermedad fue tan grave que no quedó en él aliento.

18 Y ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo contigo, varón de Dios? ¿Has venido a mí para traer a memoria mis iniquidades, y para hacer morir a mi hijo?

19 El le dijo: Dame acá tu hijo. Entonces él lo tomó de su regazo, y lo llevó al aposento donde él estaba, y lo puso sobre su cama.

20 Y clamando a Jehová, dijo: Jehová Dios mío, ¿aun a la viuda en cuya casa estoy hospedado has afligido, haciéndole morir su hijo?

21 Y se tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él.

22 Y Jehová oyó la voz de Elías, y el alma del niño volvió a él, y revivió.

23 Tomando luego Elías al niño, lo trajo del aposento a la casa, y lo dio a su madre, y le dijo Elías: Mira, tu hijo vive.

24 Entonces la mujer dijo a Elías: Ahora conozco que tú eres varón de Dios, y que la palabra de Jehová es verdad en tu boca.

Cuando Dios te mueve hacia un lugar y con tus ojos espirituales estas viendo muerte, pues dentro de la verdad de Dios tu verás vida. Dios movió a este profeta, y le hablo claro y le dijo vete a Sarepta de Sidón, porque allí le dio orden a una viuda para que te sustentara, aunque la viuda se encontraba en la situación que estaba, había ya una palabra de por medio, había ya un decreto profético, una orden divina, y ella era el canal, el instrumento que Dios había reservado en Sarepta para sustentar al profeta.

Aunque humanamente hablando esta mujer no tenía nada, dentro de la palabra que Dios le había dado al profeta, estaba ya entendido que ella lo tenía todo, porque nosotros no dependemos de la realidad del sistema, plasmado en nuestro entorno.